SIN VOZ NI VOLUNTAD: LA JAIBA NEGRA EN EL RITUAL DEL PARÁSITO

WITHOUT VOICE OR WILL: THE BLACK CRAB IN THE PARASITE RITUAL

Sección: Literaria

BIOL. MAR. DEYSI MEDRANO DOMÍNGUEZ

ORCID 0009-0001-4668-7966

deysimedrano14@gmail.com

DRA. MARÍA AMPARO RODRÍGUEZ-SANTIAGO

ORCID 0000-0003-0616-237X

marodriguezsa@conahcyt.mx

DR. ENRIQUE ÁVILA TORRES

ORDIC 0000-0001-7074-1603

kike@ola.icmyl.unam.mx

PAS. BIOL. J. FRANCISCO E. E. VELUETA CENTELLA

ORCID 0009-0004-4631-7473

170281@mail.unacar.mx

Recibido: 01 de mayo de 2025.

Aceptado: 19 de octubre de 2025.

SIN VOZ NI VOLUNTAD: LA JAIBA NEGRA EN EL RITUAL DEL PARÁSITO

WITHOUT VOICE OR WILL: THE BLACK CRAB IN THE PARASITE RITUAL

RESUMEN

Este texto se adentra en las aguas salobres de la Laguna de Términos, Campeche, para narrar una historia biológica envuelta en metáfora y sensibilidad. A través de una prosa poética, se presenta a la jaiba negra (Callinectes rathbunae) como una criatura simbólica del equilibrio costero, cuyas danzas constantes entre manglares y estuarios la han hecho pieza fundamental de la vida marina y de la pesca local. Sin embargo, bajo la superficie de este paisaje aparentemente armónico, habita una presencia oscura y silenciosa: el parásito Loxothylacus texanus. La obra entrelaza ciencia y literatura para mostrar cómo este rizocéfalo, un organismo invasivo, altera profundamente a su huésped. El parásito manipula cuerpos y voluntades, suprimiendo la fertilidad de la jaiba y llevándola a comportamientos ajenos, como incubar crías que no le pertenecen. A través de un lenguaje cargado de simbolismo, el texto revela una lucha silenciosa entre libertad y control, identidad y sumisión, vida y parasitismo. Esta pieza invita al lector a escuchar las voces del mar, que a veces se expresan a través del desequilibrio. Es un llamado a observar lo invisible, a reconocer las formas en que la naturaleza transforma y es transformada, y a cuestionar qué significa habitar un cuerpo, cuando la voluntad ya no le pertenece.

Palabras clave: Parasito, Jaiba, Loxothylacus, Laguna de Términos.

ABSTRACT

This text delves into the brackish waters of the Laguna de Términos, Campeche, to narrate a biological story wrapped in metaphor and sensitivity. Through poetic prose, the black crab (Callinectes rathbunae) is presented as a symbolic creature of coastal balance, whose constant dance among mangroves and estuaries has made it a fundamental element of marine life and local fisheries. Yet beneath the surface of this seemingly harmonious landscape lies a dark and silent presence: the parasite Loxothylacus texanus. The piece intertwines science and literature to reveal how this rhizocephalan—an invasive organism—profoundly transforms its host. The parasite manipulates bodies and wills, suppressing the crab’s fertility and driving it to alien behaviors, such as incubating offspring that are not its own. Through symbolic and evocative language, the text unveils a quiet struggle between freedom and control, identity and submission, life and parasitism. This work invites readers to listen to the voices of the sea, which sometimes speak through imbalance. It is a call to observe the invisible, to recognize the ways in which nature transforms and is transformed, and to question what it means to inhabit a body when the will no longer belongs to it.

Keyword: Parasite, Crab, Loxothylacus, Laguna de Términos.

CUERPOS PRESTADOS Y REINOS USURPADOS: TENSIONES ENTRE LIBERTAD Y CONTROL EN EL UNIVERSO MARINO

En las aguas tibias y salobres del Golfo de México, frente a Ciudad del Carmen, Campeche —la perla del Golfo—, donde el sol dora las olas y los manglares susurran secretos antiguos, habita una criatura de caparazón oscuro y alma marina: la jaiba negra, Callinectes rathbunae. Nacida bajo el linaje de Portunidae, forma parte del ancestral género Callinectes (Stimpson, 1860), cuyas especies danzan entre las corrientes neotropicales como piezas esenciales del equilibrio costero. Estas jaibas, nadadoras incansables, no solo sustentan redes y fogones —por su carne generosa, su valor nutricional, su presencia constante en los estuarios—, sino que también revelan, en su cuerpo, las historias invisibles del océano. Aunque su hermana la jaiba azul se alza imponente, es la jaiba negra la que, como un susurro constante, invade las redes y los sueños de los pescadores. En las lagunas de agua turbia y salobre, danza todo el año sin conocer el reposo, consagrada a ser hallada. Pero en estas mismas aguas, donde la vida bulle y se reinventa, habita otro ser: un invasor sin rostro, un titiritero sin cuerdas. El rizocéfalo parásito Loxothylacus texanus, un cirripedio disfrazado de silencio, se instala sin ser visto, sin ser nombrado, modificando cuerpos, voluntades y destinos. Aunque no deja huellas evidentes, sus efectos resuenan como ecos en el caparazón de sus víctimas. Deforma, somete, transforma: impide crecer, roba la fertilidad, hace que las jaibas se comporten como madres de crías que no son suyas. Es un arte oscuro de manipulación biológica, una alquimia parasitaria que se oculta bajo las aguas turbias.

Figura 1

Esquema del humedal de Ciudad del Carmen, Campeche

Nota. Ilustración esquemática del humedal de Ciudad del Carmen, Campeche —conocido como La Perla del Golfo—, hábitat de la jaiba negra (Callinectes rathbunae).

Figura 2

Ilustración de la jaiba negra

Nota. Ilustración de la a) jaiba negra Callinectes rathbunae b) Cirripedio parásito Loxothylacus texanus alojado en el abdomen de la jaiba negra.

Hasta ahora, L. texanus había sido una sombra que danzaba principalmente en la historia del cangrejo azul, el protagonista de las costas del norte. Pero recientemente, los pescadores de la perla del Golfo levantaron sus redes y trajeron consigo una advertencia: jaibas negras, muchas, infestadas por un parásito extraño, desconocido. Fue ese momento, esa llamada desde lo profundo del mar, la que susurró la urgencia de un nuevo capítulo. Una oportunidad para escuchar al huésped que grita en silencio, para enfrentar cara a cara al parásito que se mueve en las sombras. Así, en la Laguna de Términos, donde la sal y el dulce se funden, emprendimos una exploración profunda de la relación entre extraño y temible parasito y la jaiba negra: para identificar al invasor, para contar cuántos cuerpos ha tocado, con qué intensidad, y cómo la talla de las jaibas guarda secretos sobre su vulnerabilidad. Porque el mar habla, y a veces lo hace a través de los parásitos. Y esta, es una historia de cuerpos prestados, de reinos usurpados y de la lucha invisible entre la libertad y el control en el universo marino.

BIBLIOGRAFÍA