La perspectiva de género ¿un mito organizacional o un cambio impostergable y legítimo

Resumen

El objetivo de este artículo es mostrar que las asimetrías entre mujeres y varones evidencian la reproducción de estereotipos de género y una división sexo-genérica del trabajo que otorga una valoración de inferioridad o incapacidad a las mujeres y a las minorías y que los cambios en las organizaciones pueden obedecer a causas diversas, no siempre a la búsqueda de la equidad. La brecha de género alude a las condiciones de inequidad que experimentan las mujeres y los miembros del colectivo LGBTIQ+ en las organizaciones. La base de la diferencia está anclada en una sociedad mayormente androcéntrica, de orientación binaria que históricamente se ha construido alrededor de una masculinidad hegemónica con desperdicio de recursos y una pérdida de bienestar para las mujeres y las minorías que constituyen más de la mitad de la población. Las asimetrías por género en la legislación son abiertas y sutiles, expresan omisiones, retrasos y olvidos de derechos ciudadanos en igualdad. Las diferencias económicas, de retribución salarial y de acceso a los recursos, dejan entrever mecanismos de desigualdad. Ancladas estructuralmente, se reproducen al interior de las organizaciones como parte de un quehacer cotidiano, se expresan en relaciones de poder y violencia. La desigualdad organizacional reproduce la desigualdad de género como ocurre en el entorno y en la esfera privada. Ante las exigencias de equidad y justicia, las estructuras formales o plan de actividades funciona bajo nuevas reglas del juego que moldean la interacción. La estructura organizacional incluye programas, políticas, departamentos, protocolos y procesos administrativos que funcionan en el día a día organizacional como rutinas y que tienen en muchos casos como base la necesidad de legitimación en un campo organizacional. De ahí que en la estructura formal o plan de actividades se instalen isomórficamente como mitos racionalizados, que se reproducen sin necesariamente reconfigurar las relaciones preexistentes por género o la inequidad.